LA RESISTENCIA SEGÚN LUIS PANERO
Tengo poco de escritor. Pero al empezar a escribir esto, que pretendía
ser algo corto y conciso, me di cuenta inmediatamente que sería complicado
explicar en pocas palabras lo que se siente, se vive y se logra, tanto en
equipo, como individualmente, a lo largo de un par de décadas en una banda. Sobre
todo si además, ese lapso de tiempo determinado forma parte de las cuatro décadas como
músico que a estas alturas tengo.
Escribo de hecho estos primeros párrafos después de ya haber contado la
historia, porque tengo tiempo escribiéndola a pedacitos (creo que empecé en 2015)
y cada vez que se me ocurre leerla, le añado
más y más cosas, más recuerdos, más reflexiones.
Unas bandas son evidentemente más significativas que otras en cuanto a
los logros profesionales, pero de alguna manera, aunque todas tienen su lugar en el corazón, algunas tienen más
presencia. Son, al fin y al cabo como novias o esposas. Todas han estado, pero
algunas logran marcar más territorio que otras. Todas y cada una de las bandas
en las que se milita están construidas sobre sueños e ilusiones, llevan
cicatrices y sufrimientos, y terminan
desmontadas por fracasos, decepciones y
el inexorable paso del tiempo que todo lo consume.
En el caso de Resistencia es imperativo dejar claro desde el principio,
y para que se tenga muy en cuenta, que ha tenido diferentes formaciones a lo
largo de los años y es imposible, o al menos poco saludable, ni deseable,
esperar oír siempre el mismo sonido y/o desempeño musical. Huelga decir que las
comparaciones tampoco ayudan en lo absoluto, por muy necesarias que parezcan
ser.
Por otra parte, en cuanto a mí persona, en este escrito no pretendo
catalogarme o calificar mi desempeño como malo, regular, bueno o cualquier otro
calificativo. Nunca he pretendido ser el mejor bajista de rock de Venezuela
pero sé positivamente que no fui el peor. Tenía mi estilo particular; locuaz, heterodoxo,
absolutamente impreciso, tormentoso, volátil, intranquilo, sincero, voluble,
insoportable y subjetivo pero autentico,
y creo que en eso, influencias aparte, fui medianamente original. Tengo
opinión, y debo tenerla necesariamente porque es, a decir verdad, lo primero y lo
último que se nos permite tener en esta vida. Criterio propio lo llaman algunos.
Lógicamente, dejaré que otros, si así lo
consideran conveniente decidan al respecto, pero como todo, siempre dependerá
del cristal con que se quiera mirar. Hice lo que hice, bien o mal, y a algunos
les servirá de referencia mientras que a otros les parecerá que no había nada
en que fijarse. Sé que estuve, y eso es lo importante.
No pretendo ponerme filosofar sobre este asunto pues saldría perdiendo,
pero aclaro que lo que paso a contar sale de adentro como viene, como surge, tal
como lo recuerdo. Es solo mi cuento y seguramente soy el que menos sabe de
Resistencia. Vayamos al principio de la
historia.
Es difícil hablar de RESISTENCIA.
Y lo es, por varias razones muy sencillas en realidad.
En primer lugar, porque me siento un Resistencia y así me sentiré por
lo que me quede de vida; casi 20 años en una banda -con algún que otro descanso
de por medio- lo dice todo. Eso creo. Eso quiero creer.
En segundo término, porque como el inmigrante de turno entre bandas que
siempre he sido, ya sea fundándolas, inventándolas, viviéndolas o destruyéndolas, sé positivamente que nunca se deja de ser de las bandas anteriores
y nunca se termina de pertenecer del todo a aquella a la que llegas o a la que,
sencillamente, con solo imaginación e
ilusión creas de la nada.
Por esa razón, a veces siento que quizás no sea del todo un Resistencia
de “pura cepa” y que por eso mismo, según el momento, puedo ver las cosas un
poquito desde afuera. Como que el asunto no es del todo mío. Como que puedo
juzgar -aún sin tener derecho- y todavía ser objetivo o de alguna manera
imparcial a pesar de mi obvia subjetividad.
El caso es que si se trata de contar la historia, y para eso estamos
escribiendo esto, tengo que, necesariamente, regresar un poquito en el tiempo
solo para saber y reseñar como y porque pasan las cosas, y lo extraño y azaroso
que puede ser el destino, la casualidad, o la realidad misma.
Valga decir que todo esto, quiero decir, mi historia y posterior
recalada en RESISTENCIA, comienza en
realidad cuando Nicky Scarola y yo, siendo
aún niños, fundamos al final de los setenta (+ - 1976-1977) aquella gran banda que nunca
tuvo su merecidísima recompensa y que se llamó CHEESE FACTORY. Tras una
búsqueda incesante por un buen baterista que nunca aparecía, (recuérdese que en
esa época no había internet, ni la facilidad, ni la versatilidad tecnológica de
hoy en día para buscar información y hacer contactos), y aun cuando publicábamos con el dinero que no
teníamos anuncios clasificados en los periódicos y le preguntábamos a todos los
que se cruzaban en el camino, la lamentable esterilidad reinante en el ámbito
de la escena rockera criolla en aquellos tiempos era fatal para nuestro
cometido.
Sin embargo, tras mucho buscar e insistir, un día, milagrosamente, apareció el hombre: FELIX GUERRA. Y además, poco después también apareció un
cantante: PACO ANDRIE. Y se formó la banda. No hicimos gran cosa en realidad al
menos mientras yo estuve en ella. Ser
pioneros y dejar huella, eso sí, pero igual que otros pocos de la época porque
en aquel entonces, todos, lamentablemente, éramos eso, muy pocos. Grabar algún
cassette o cinta en ensayo y lograr (difícil en aquellos tiempos) una breve
pero histórica aparición en un programa de TV. Sí señor, en VTV, canal 8…… “Disco Fiebre” era el
programa o “ Fiebre en el 8”, algo así, que para el momento solo ponía música
bailable y lo que quedaba de aquel insoportable movimiento Disco Music que en
Venezuela, lamentablemente, eclipsó de manera brutal todo aquello que tuviera
algo de distorsión y sabor a Rock. Son dos canciones. En ingles nacional,
“Catch the Fire” y “Stone Woman”. Grabadas en vivo y en blanco y negro. De la
época. Se pueden ver en YouTube. Hay quien se arriesga a decir que esta entre lo
mejor de aquel momento…seguro que sí. No me cabe ninguna duda. Aunque también es
verdad que no había mucho con que compararlo. Muchísimas ganas, ilusión y
energía. Solo puedo decir que fue el sueño de dos niños a los que se sumaron
otros dos soñadores, que se hizo realidad
y que gracias a los Dioses se pudo
conservar en video para que generaciones posteriores juzguen…..o se rían. Historia
pura y dura, guste o no.
Resulta que en ese lejano momento, y como a muchos jóvenes de esos
tiempos en aquella remota Venezuela Saudí
donde todo era posible, se me presentó la oportunidad de irme a Estados Unidos.
No lo pensé mucho y abandonando las filas de ese queridísimo Cheese Factory
adolescente, me “fui a estudiar al norte” como decíamos entonces. En aquel
viaje formé una banda llamada Hammersmith Odeon, junto a tres gringos y una
novia gringa, a quienes por siempre llevaré en el corazón y con
quienes me divertí infinitamente. Increíble
y enriquecedora experiencia de vida. Estuve por allí un par de años, aprendí un
poquito de qué iba la vida, compuse y toqué de vez en cuando. Pero la realidad de
las crisis cíclicas que mueven al mundo siempre
llega, y te golpea, y tuve que regresar a Venezuela. Está claro, por supuesto,
que volví con mucha más experiencia.
Al llegar, Cheese Factory aún existía, pero el puesto de bajista estaba
ocupado por uno de los mejores bajistas que he
conocido; el increíblemente solido Germán Ríos, y por otra parte, el
gran Félix Guerra ya no estaba allí en los tambores y su puesto estaba ocupado
por el incomparable y entrañable Angelo Falconi. En otras palabras, no había
espacio para mí en mi antigua casa. Así que terminé en una banda amiga de ellos
llamada Apocalipsis con Eduardo Moreno en la guitarra y Luis Alfredo González en los cueros. Por
extraño que parezca lo hice tocando el bajo y termine también cantando. Bonita
e interesante experiencia con un par de excelentes músicos. Ensayos y un toque
en vivo en el Teatro Santa Sofía; gran vitrina expositora de aquella época. Sin embargo, una vez más, todo se convirtió en
otro sueño pasajero. Y entonces,
nuevamente, a través de Cheese Factory y
compañia, conocí y me junté para armar otro proyecto con un jovencísimo Aquiles
Cortina, que a la sazón tendría 16 o 17 años pero que ya mostraba su valía en
las seis cuerdas.
El que haya llegado hasta aquí leyendo se preguntará que hago hablando
de mi historia y no de la de
RESISTENCIA. Pero insisto en que la vida y todas las historias no son sino una cadena de
casualidades y de hechos aparentemente inconexos, que al final, se entrelazan
eventualmente de maneras mágicas y misteriosas y que, por más que lo intentemos, no podemos
controlar.
El movimiento de Rock venezolano para ese entonces ya era un poco más
saludable que cuando me fui a USA y había conciertos aquí y allí de vez en
cuando. Mi primera experiencia con Resistencia fue verlos tocar en algún lugar
de la Universidad Central, en algún momento de
1981, me parece recordar. Acudí con Aquiles Cortina y Angelo Falconi.
Pura curiosidad. Me pareció que tenían
una propuesta y un nivel interesante pero no hacían nada como lo que yo quería
hacer. Recuerdo que a Rodrigo no le funcionaba el amplificador y tuvieron que
sacarlo por una línea directa por lo que el resto de la banda a veces no se oía
en lo absoluto. Yoma para entonces ya tenía muy buen nivel y era sin duda el referente de la banda. En
algún momento le comenté a Aquiles que se pusiera pilas, que eso es lo que nos
hacía falta. El resto, según recuerdo era bastante normalito (sin querer
menospreciar a nadie con este comentario como es lógico). No recuerdo mucho más
de aquella ocasión. Más tarde, creo que en ese mismo año aunque no puedo
asegurarlo los vi en el Teatro los Cedros cuando abrieron las puertas al final
del toque, y para aquel momento Víctor
López ya se había ido y el bajista era
Leo Arias??? (Bubu??). Tenía un bajo como el mío. Buena banda pensé, aunque no
vi mucho. Tras aquella ocasión no supe mucho más de ellos.
Mientras tanto, Aquiles y yo no lográbamos encontrar ni un baterista ni
un cantante con el nivel adecuado, y aquel proyecto comenzaba a desinflarse
apresuradamente. Dos palos no hacen montaña y yo necesitaba con urgencia un
paliativo a mi desconsuelo musical.
Es entonces cuando dioses y las hadas comienzan a hacer de las suyas, y
las casualidades y el siempre caprichoso azar toman las riendas para encauzar las cosas
a su manera. Resulta ser que un día, FELIX GUERRA, el amigo ex baterista de
Cheese Factory, que para aquel momento tocaba con un grupo de rock-fusión
llamado Obertura, me llama y me dice que les había hablado de mí a RESISTENCIA
y que me llamarían en esos días pues buscaban bajista. Magia o casualidad, o esos
dioses que siempre juegan con nosotros, acababa de colgar el teléfono cuando este
sonó nuevamente y el que hablaba era RICARDO ESCOBAR para proponerme la posibilidad
de entrar en la banda. Cuadramos para que me trajera el disco; “HECHO EN
VENEZUELA”, que me aprendiera las piezas y que ensayáramos un día para probar.
El álbum me pareció interesante, vivo, potente y sincero, aunque no era
mi estilo preferido, ni lo que buscaba, ni lo que quería hacer en ese entonces.
Me sonaba un poco demasiado Judas Priest. Muy típico “dos guitarras con
melodías armonizadas”. No era lo mío. Sin embargo, como no era difícil y la
propuesta musical era algo diferente para mí, por no dejar, me lo aprendí
rápidamente y en menos de una semana pautamos un ensayo (Abril 1982). El lugar,
uno de los estudios (el “B” o el “2”) de RADIO DIFUSORA VENEZUELA, 790AM, la emisora de rock caraqueña, buque insignia promocional
de la época y la única que apoyaba y apoyó aquel incipiente movimiento de Rock
Nacional.
No fue difícil. Al menos no para mí. Que por favor no se interprete
este comentario como pedante. Nunca he sabido a ciencia cierta si en aquel
momento de verdad les gusté o simplemente necesitaban con urgencia un bajista
que, con cierto nivel, pudiera cubrir la vacante y yo llenaba el vacío
adecuadamente. Al final del ensayo me ofrecieron el puesto y dado que mi
proyecto con Aquiles estaba medio dormido y que la banda tenía buen nivel -además
de estar bien posicionada en el momento- decidí probar suerte con ellos.
Mi primer concierto con Resistencia: Concha acústica del Parque del
Este; algún día entre Mayo y Junio de
1982 en un evento organizado por Radio Difusora. Muchísima gente. Buen toque.
Agradable experiencia. La primera de muchas.
El resto es historia, pero la historia tiene que ser escrita.
Preferiblemente por sus protagonistas. Es aquí donde reitero el hecho de ser, y
a la vez, no ser un Resistencia nato. No es una banda que yo fundara y no la
puedo ver como mi hija prodiga aunque haya sudado la camiseta durante tanto
tiempo. Mi relación personal con los integrantes siempre se llevó en buenos
términos excepto en alguna ocasión muy contada y que nunca llegó más allá de
una simple, y por supuesto, estéril discusión. Hay que tener en cuenta que
Resistencia fue en su momento la banda más representativa de la escena rockera
nacional y que esa presión, si bien era bien llevada en general por los
integrantes, de vez en cuando se convertía en tema de discusión y tensión. En
un momento dado de la historia, en aquellos primeros años, y quizás me arriesgo
a que mi aseveración sea tomada como inexacta, Resistencia era una apisonadora
musical que se llevaba por delante a todos los demás grupos. A todos los de
nuestro genero sin excepción y sin temor a equivocarme. El nivel de la banda, aunque a algunos de la
época les pese oírlo, y aunque suene pedante a más no poder, era tan elevado como
el de cualquier banda nacional o extranjera conocida y/o famosa…… otra cosa es
que te gustara.
Todo lo anterior, por supuesto, no era la mejor receta para el ego de
aquel puñado de adolescentes en vías de desarrollo, que tampoco teníamos del
todo claro que era lo que queríamos. Sí, por supuesto, ser estrellas del rock,
pero eso tiene un precio que quizás no todos estaban dispuestos a pagar.
Para explicar esto quizás tendría que tocar teclas y emitir opiniones
que posiblemente otros miembros de la banda no compartan, y dos de ellos, al
momento de escribir esto, lamentablemente ya no están entre nosotros para defenderse
o dar su opinión, pero al fin y al cabo es mi manera de ver las cosas, soy el
que cuenta esto, y al final, yo fui un testigo directo de los acontecimientos. Que los demás den su versión. Todas son
validas mientras sean constructivas.
Si debo ser absolutamente sincero, en realidad, a estas alturas de mi
vida y de la historia, me importa un carajo lo que digan los demás; sea quien
sea…..vivos o no. Participes o no. Allegados o extraños. Se pudo haber hecho muchas cosas; eso está
claro. Tomar decisiones extremas, arriesgadas. Tirar todo por la ventana e
irnos al extranjero a pasar hambre o a
triunfar (no dudo que lo habríamos logrado). Se pudo haber contratado a alguien
que de verdad supiera orientarnos, en vez de hacer lo que creíamos que estaba bien porque
pensábamos que sabíamos más que los demás. También es cierto que nunca apareció
aquel mesías añorado; el rey Midas, el Peter Grant o Brian Epstein de turno, el
“representante” gran salvador de la causa. Es también verdad que pudimos haber abandonado
estudios, novias, esposas y comodidades para probar nuestra valía en cualquier
parte del mundo. Pudimos haber hecho tantas cosas que sin embargo no hicimos….
Que habría pasado si ya existiese Internet en vez de Ipostel? No habían emisoras
de radio online, ni existía YouTube. Tampoco Blogs, Myspace, Dropbox, Facebook,
Twitter, Clouds, y apps varias, ni estudios de grabación virtuales y en fin, nada
de toda la tecnología o exposición promocional que hubiese sido posible hoy en
día. Quizás nada hubiera cambiado….o quizás sí. Nunca lo sabremos. Pura paja. Lo
que hay es la historia que tenemos y que se puede contar con mil matices, mil
colores, y claro está, varias versiones,…. según quien la cuente. Todo lo demás
es especular sobre lo que pudo haber pasado.
Al principio de mi larga pasantía por la banda, todo fue bastante normal.
Solo tenía que acostumbrarme a ellos. Existía un repertorio montado en parte,
que era en realidad el sobrante del
primer álbum y que se reciclaría para montar el segundo álbum. Nuevos arreglos,
nuevos enfoques, y cuando las canciones estaban listas o parecían estarlo, se
volvían a arreglar y se volvían a montar
con diferente enfoque y cambios de ritmo, y nuevos cortes, y nuevos redobles, y
nuevos solos y nuevas estrofas, y cuando todo estaba listo se arreglaban una y otra
vez y así hasta el infinito en un loop eterno. A pesar de todo, se hacía
evidente que el empuje de la banda era extraordinario y todo el que escuchaba
aquello en vivo con todos esos cambios, bajadas y subidas de velocidad y en
ocasiones, una precisión que nos dejaba pasmados a nosotros mismos, se rendía
ante tamaña potencia. Así se llegó a grabar ESTRATEGIA CONTRA EL MOVIMIENTO (1983).
ESTRATEGIA es, en mi opinión, una obra mucho más madura y avanzada que
HECHO EN VENEZUELA. No digo que mejor, ni peor. El éxito del 1er álbum es
innegable. ECEM es simplemente un disco más trabajado, con mayor experiencia y
más complicado musicalmente. Agresivo por supuesto, porque todavía se tenía aquel input joven, de
adolescente, y aun así, era más elaborado,
mucho más evolucionado. Evidentemente no es el disco con el mejor sonido pues
se hizo con poco presupuesto en SonoUno, el estudio de Jose Ferreyra que se
convirtió en nuestra casa. Queríamos grabar muchas cosas, multitud de arreglos y sonidos adicionales, mucha creación
en general y resulta que solo había 8 canales. Se grabaron las bases, se
mezclaron y luego se pasaron a dos canales para comenzar a grabar el resto de
todo lo que se quería meter. No recuerdo si se volvió a mezclar y llevar
nuevamente otra vez a dos canales (cualquier atrevimiento era posible en esa época), pero el hecho es que el sonido no es todo lo
claro y contundente que se pueda desear. Es también verdad que el proceso de
corte antes de fabricar los discos fue bastante deficiente, por no decir
desastroso y eso influyo en el resultado final. Lo positivo es que, afortunadamente,
ECEM retrata fielmente y sin duda alguna -a mi parecer- la esencia de la banda y su
obra en aquel momento especifico.
Sin embargo, también creo firmemente que aquella evolución propia de la
banda y el empuje de aquellos cinco caracteres musicales tan independientes,
tan creativos, tan fuertes, en ocasiones divergentes y aun así tan afines, fue
lo que podríamos llamar el principio del final de la banda. Es mi modesta opinión
personal, aunque hay algo que se hace evidente, se dejó a un lado algo muy
importante y que fue el gran atractivo del primer disco: la frescura, lo
simple, lo natural.
Resistencia comenzó a hacer música para sus integrantes y no para el
público, que lamentablemente, dejo de entender y digerir lo que estábamos
haciendo. La música se complicó tanto que la gente ya no bailaba en los
conciertos. Solo podían escuchar e intentar captar lo que estaba pasando en la tarima. Y creo
que muchos se cansaron. El público, en los conciertos, pedía las canciones del
primer disco y quizás alguna del segundo. Aquellas canciones largas y
complicadas aburrían a la gente y aunque musicalmente hablando fueran quizás verdaderamente
interesantes, la gente dejo de escucharlas y sobre todo, de disfrutarlas.
Nosotros, por supuesto, las disfrutábamos desde nuestra posición pero no
queríamos ver la realidad. Evolucionábamos a diferente velocidad. Demasiado
rápido, demasiado peligroso. El resultado comercial de Estrategia no pasó de lo
que es: una interesante reliquia del rock venezolano.
La falta de interés de ese
público, sumada a una disminución
importante del apoyo discográfico, promocional y mediático para el todo el
movimiento de rock nacional en aquel momento, hizo que todo, para todos los
grupos, se pusiera muy difícil. Como siempre, para los venezolanos lo mejor es
lo de afuera y todo lo nacional tiende a olerles mal. No sé si es envidia,
falta de cultura, educación, o simple y llanamente, pura idiotez. Y hablo en
general: público y medios. Finalmente, a pesar de todo y de todos, se llegó a
la grabación del último disco oficial de aquella Resistencia de aquellos cinco
locos: DACAPO.
Para aquel momento, hay que mencionarlo, desde hacía bastante tiempo existían
ciertas fricciones entre miembros de la banda, en la ya éramos seis pues pienso
que también hay que incluir, por méritos y galones al sexto Resistencia, JOSE
FERREYRA, quien era nuestro ingeniero de sonido, mago extraordinario de las
ondas sonoras. Algunos casi no se dirigían la palabra y se soportaban a medias.
En realidad para este tema habría que escribir un libro aparte, pero baste
saber que no todo era bonito entre nosotros. Las sesiones de grabación fueron
raras, incomodas. Uno, ese sexto, fue apartado por completo. Algún otro integrante
después de grabar su parte no apareció más por el estudio. Más de uno no estaba
contento con el resultado de su trabajo o de algunas de las canciones, o de la
mezcla, o del sonido, y pasó lo inevitable: Resistencia comenzó a implosionar.
Resistencia se convirtió de alguna manera en ese dios Saturno que se come a sus
propios hijos. Y el primero en empezar a ser comido y también en decidirse a hacer algo para tratar de
evitarlo, y creer que se podía, fue Rodrigo.
Rodrigo quizás merezca un capítulo aparte. Yoma era casi único en aquel
momento de la historia. Un excelso guitarrista de rock; una máquina de tocar. No
es fácil encontrar en un solo músico la melodía, agresividad, técnica,
velocidad y creatividad que él tenía. Era un gran profesional de su
instrumento, y es hoy por hoy, uno de esos talentos perdidos en un país siempre
ingrato con sus artistas. Sin embargo, como en todos nosotros, no todo en
Rodrigo era perfecto. Tenía lo suyo. Mucha ambigüedad y en el fondo poca
sinceridad. No es una crítica destructiva. Así era él. Yo, personalmente, nunca
tuve problemas graves con Yoma. Al principio me decía en aquel tono de voz tan
característico suyo, que por fin tenían un verdadero bajista de rock (cosa que
no comparto pues pienso que Víctor López es un buen bajista), pero creo que nunca
le gusto del todo mi estilo. El quería un bajista que acompañara más a la banda,
y yo….pues no podía dejar de hacer ruido y de inventar
figuritas, buenas o malas, afinadas o no, y de tocar las canciones de manera
diferente en cada ocasión. Hacerlo siempre igual me aburría enormemente. Esto, debo
aclararlo, es una vez más mi muy humilde opinión. Así soy yo. Así es mi arte…….
Yo, de todas maneras y se hace absolutamente evidente, no era el problema en
aquel momento.
El verdadero problema, el meollo del asunto, es que Yoma quería más y pensaba que merecía
más. Su súper-desarrollado Mr. Hyde, generosamente
sazonado con ese gran toque de Scrooge que
siempre le acompañaba, le decía que se perdía de algo. Aquello no era un simple
problema de afinidad musical. No sé realmente, y tampoco me importa a estas alturas, si hubo una razón
específica para su decisión de partir o fue la suma de varias; situación familiar, falta de trabajo, ideas musicales,
falta de dinero, o problemas con otros integrantes de la banda
(que seguro los había). Es también verdad, por romper una lanza en su favor, que
en aquellos momentos quienes generalmente decidían donde, cómo y por cuanto
tocar estaban equivocados. Muy equivocados. Grandes e irreversibles errores
comerciales se cometieron en aquella época. Nuestro marketing siempre fue
pobre.
El punto importante es que Rodrigo abandonó la banda. Un día cualquiera
se fue a tocar con Paul Gillman, como atraído y hechizado mágicamente por el flautista
del cuento infantil. Encantado y
engolosinado por el dinero que, hipotéticamente, le iban a pagar en cientos de ensayos,
en mil y un conciertos, y en otros tantos millones de giras…… bla, bla, bla…. Casualidades
de la vida y de nuevo las hadas, Félix Guerra y Víctor López tocaban con Paul
en esa época. Casualidad lo llaman algunos. Creo que Paul siempre quiso tener
detrás a Resistencia. Me parece que grabó con él un solo álbum. No sé si se lo pagaron, creo
que tampoco tocaron mucho y Yoma, tristemente, terminó al final íngrimo y solo,
porque Paul es Paul, y solo Paul, y nadie más que Paul. Tema aparte.
Lo cierto es que su salida marcó un antes y un después en la banda. A
él… al a pesar de todo, querido y gran Yoma está dirigida en DACAPO la
dedicatoria…..”Al que abandona el tren
de la Resistencia buscando la parada que no existe”.
Suena melodramático pero es la verdad…….él se quedó varado, así como
suena, en un andén fantasma, y Resistencia, disminuida, sencillamente nunca
sería la misma.
Sin Yoma, hubo un momento de inflexión y reflexión muy profundo e
importante en la banda e inclusive se pensó en buscar un sustituto para el
puesto. Se pensó en varios y hasta creo recordar
que se contactó a algunos. Es importante decir que, según lo veo yo, para aquel momento Marco había estado siempre
a la sombra de Rodrigo. Pero es que todos los guitarristas estaban a la sombra
de Rodrigo en aquel entonces. No existía una copia de Rodrigo. Ciargo iba a medio camino y nunca pudo
desarrollarse con Yoma a su lado. Era
imposible. Se decidió entonces, a pesar de la absoluta y casi intransigente reticencia
de alguno que ya no está, y el increíble voto de abstención de otro, darle su
bien merecida oportunidad. Y finalmente, muy en la raya, Marco demostró que, en su peculiar estilo, él
podía convertirse en el tipo adecuado
para el puesto, no solo como primera guitarra sino como guitarra única, porque
entonces nos convertimos, para mi absoluto gozo y felicidad, en un cuarteto.
Antes de Resistencia, yo siempre había tocado y estaba acostumbrado
a cuartetos o power tríos, y siempre me fue un poco
incomodo tocar con dos guitarras. No porque no me gustará el sonido o las
posibilidades creativas, sino por simples preferencias personales. Doce cuerdas
a la vez, a veces no llevan un mensaje claro. Esto es solo mi opinión. Es entonces
cuando, mientras se adaptaba toda la banda a este nuevo sonido y estilo, y
mientras Ricardo y yo estábamos centrados en nuestros estudios universitarios,
Cesar y Marco comenzaron a componer ZODIACO.
Es en este contexto cuando Marco parece liberarse y desarrolla ese estilo tan característico que
al final lo diferencia de alguna manera de otros guitarristas. Está de más
decir que el tándem Ciargo-Somoza funcionó de manera excelente en el concepto
de ópera-rock en que se quería crear la obra. Es también indudable que, ante el
reto de tocar con solo una guitarra, el sonido y la forma de tocar e
interpretar, sobre todo por parte de ellos tres, tuvo que adaptarse rápidamente
a lo “desconocido” y reconozco que lo hicieron admirablemente bien. Yo, por mi
parte, estaba feliz de la vida tocando a mis anchas para desarrollar mi estilo
natural. También es verdad que, lamentablemente, dejaron de interpretarse temas
que solo con Yoma se podían tocar, o que
solo Yoma podía tocar. Daños colaterales supongo. Se mantuvieron algunos
clásicos, pero grandes piezas se perdieron en aquella “conveniencia necesaria”.
Zodiaco, a pesar de ser un proyecto original de Cesar y Marco, tiene a mi
parecer mucho de todos nosotros y en la mayor parte de las canciones se vuelve
a notar la evolución y madurez que nos marcaba, pues tampoco éramos ya aquellos
jovencitos de antes. Nuevamente se componía para nosotros mismos aunque creo
que ya no nos importaba tanto. Nunca nos importó en realidad, pero es que en
aquel entonces no se veía el asunto con ese
“hambre” del principio, sino más bien con esa tranquilidad y parsimonia que da
la experiencia y la edad. Se esperaba por supuesto el éxito pero secretamente nos
dábamos cuenta de que todo empezaba a quedar ya bastante lejos. Que era pura
paja. Hablamos de Venezuela. Todo es evidente. Lamento decirlo pero así es
nuestro país. No es una excusa. Quizás era nuestra propia comodidad. La
peligrosa zona de confort.
Pienso también que sería justo decir que Zodiaco, lo que se conoce como
el 4to disco de Resistencia, es
solo un demo. Sí, un demo. Tal y como suena. Algo con calidad para enseñar a
las discográficas lo que pretendíamos hacer.
Se grabó así de bien por tener la facilidad de hacerlo en SonoUno,
el estudio que regentaba José Ferreyra y en el que se grabó ESTRATEGIA. De
hecho, hay voces grabadas que no se supone que fueran las definitivas, muchísimos
errores al tocar, mala sincronización, imprecisiones, partes de canciones sin rellenar porque faltan
arreglos, etc. El tiempo, los reveses y la cruda realidad convirtieron esas
cintas en el producto final, pero no era la intención. Era eso, solo un demo. De
esos demos que al final cobran vida por ser lo que son pero que, comercialmente hablando, no dan para
nada. Es solo la mitad de lo que se pretendía hacer. Pero eso, en aquel bonito país,
nadie lo vio claro.
Se me creería a estas alturas si dijera que Marco rescató de la basura
cintas en 15” de un par de piezas, o que la mayor parte de la grabación sale de
un cassette/cinta con una mezclita rápida para oír en el coche? Interesante y
triste, no? Historia real, sin embargo.
A pesar de los contratiempos, la banda no dejaba de ser sumamente
intensa en los toques en vivo. Se tocaba poco, por lo que cada vez que se hacía,
se hacía a lo bestia, sin guardarse nada
para después. Sin prisioneros. Es lamentable, pero aparte de ese demo que se hizo con José Ferreyra en SonoUno,
de algunas cosas en vivo, y de una presentación en VTV de la que hay varias
canciones de la obra, no queda prácticamente nada de un bonito proyecto que una
vez más se quedó en veremos, en ese precioso y cálido país que ofrece tan poco
a sus artistas.
Tras Zodiaco, pasó algún tiempo, y ante el poco interés que ya
despertaba la banda, pues hay que tener claro que, a pesar de nuestros seguidores
incondicionales, otras bandas más jóvenes, más despreocupadas, no sé si mejor
manejadas, pero definitivamente más atractivas para la nueva generación, habían
tomado nuestro lugar. Por lo que se decidió una vez más hacer un nuevo intento
de revivir, de renacer desde el chamusque…. como un Ave Fénix criollo en vías
de extinción.
**Solución estrella: vamos a buscar un tecladista, démosle a la banda un
sonido diferente, algo más moderno quizás. Resucitemos. Tratemos de subsistir.
Se probó a uno muy conocido de una banda de fusión que no pudo dar pie
con bola (aquello fue lamentable) y luego,
no recuerdo de donde, creo que a través de Cesar, apareció Fernando
Aponte. Excelente tecladista. Un buen tipo, simpático, sincero y abierto, con
ideas propias. Comenzamos a componer y a
arreglar, o desarreglar temas, según se
vea, y finalmente se grabó lo que yo siempre he llamado “The Unborn”, “El No
Nacido”, “Resistencia 5”. Un disco sin ton ni son, condenado al fracaso desde el principio.
Siempre lo creí así y lo mantengo.
De ahí el resultado.
Se cambió radicalmente el estilo y la verdadera esencia de la banda, y
Resistencia, desde mi punto de vista dejo de ser Resistencia. Aquello sonaba
bien, es verdad, sonaba bonito…..eso se intentaba…..Se usó un metrónomo (error
fatal pues se perdió el “error humano”, ese vaivén natural que en mi opinión da
vida a la música)…. Se montaron coros de niños y monjas en canciones festivaleras,
se trató de hacer balada entre rockeros acérrimos y música pop de radio con toques de rock para
horror del compositor. Se grabó, es
verdad, un tema interesante con aires
étnicos y un trocito de “jazz” en el medio. Otra de las canciones empezaba con
rock duro y se edulcoraba hasta casi perder el sentido, aunque la letra era una
muy bien dirigida crítica social a nuestros incompetentes dirigentes políticos
y a aquella maquillada e hipócrita sociedad civil (una vez más). Alguna de las piezas
tenía que ver con una chica que tenía algo que las otras no. Evidentemente nada
que ver con nosotros, o con nuestra verdadera esencia. Eso creo y afirmo.
Desde el punto de vista musical el trabajo es interesante eso sí. Se creó,
se inventó, se trabajó duro y se trató de hacer algo diferente, y oyéndolo con
mente abierta se puede disfrutar del resultado pero, excepto por algunos
pasajes, no se oye a Resistencia por ningún lado. Ni evolución ni nada
parecido. Puede que me muestre un “poquito demasiado crítico” con esto pero
pienso que, aparte de la típica ilusión colectiva inicial, al final nadie estaba muy contento con el
proyecto. Algún integrante seguramente defiende todavía el cambio de estilo
como parte de esa “cacareada” evolución musical de la banda. Ok, todo cambio es bueno…. si no te mata. Tema de
discusión aparte, por supuesto.
En mi opinión, el menos
culpable, Fernando, quien, a pesar de su buena intención nunca se adaptó a
Resistencia, sobre todo al momento de tocar las canciones de los discos
anteriores donde se le veía totalmente incomodo pues simplemente no era su
estilo. No sabía qué hacer. No encontraba el camino. Fernando hubiera cuadrado
mejor en alguna banda de rock sinfónico o definitivamente en cualquiera más
light que Resistencia.
Todo se derrumbaba alrededor de la banda y hacía falta el cambio
sustancial, total, radical.
Y entonces sucedió algo que,
pensándolo en retrospectiva, no fue del todo una sorpresa.
Nunca se me dio una razón convincente para ser llamado a abandonar las
filas de la Resistencia, pero supongo que mi actitud no era quizás la más
conciliadora o afín a un proyecto que me resultaba total y absolutamente agobiante,
aburrido e incómodo, musicalmente hablando. Tampoco se piense, para dejarlo
claro, que teníamos cien giras pendientes o que cada fin de semana tocáramos en
algún lugar. Me parece recordar, aunque puedo equivocarme, que con Fernando
solo tocamos una vez en vivo (Plaza Caracas, entre las torres de El Silencio). La cuerda, o más bien el
cable (chiste privado), tenía que romperse por algún sitio. Es obvio que se
necesitaba una excusa o solución
desesperada y supongo que se pensó que aquel cambio haría la diferencia. Ricardo
fue el único que con las bolas necesarias para el cometido, dio la cara. El
caso es que una vez más Resistencia se comió, o en mi caso, más bien escupió a
otro de sus hijos. (+-1987).
Entonces llamaron a Víctor Fiol (ex Tempano), o seguramente ya lo
habían llamado, y montaron algunas piezas y hasta creo que también tocaron un par de veces. No sé donde fue, creo que una en el “Parque Naciones Unidas” (por
lo que alguien publicó hace un tiempo en internet) y nunca he podido oír nada de lo que hicieron, montaron o compusieron.
Seguramente algo bueno porque calidad sobraba. El caso es que no mucho después,
seis meses o eso creo recordar, Marco
decidió que era suficiente y antes de que Resistencia también se lo comiera o
lo hiciera su país, convulso por la situación social, dejó la banda y tras un
tiempo que no sabría estipular, preparó sus maletas para irse a Italia. Marco
podrá, seguramente, aclarar todo lo que pasó y yo no sé determinar en tiempo y
espacio.
Para aquel momento, yo había retomado y montado finalmente!!! con
Aquiles Cortina, una banda que se llamó VAUDEVILLE junto a Eduardo Wasveiler en
la voz y Carlos Shudek en la batería (dos de los mejores músicos con los que he
tocado) y me divertía de lo lindo tocando de vez en cuando por ahí en teatros, bares,
restaurantes e inclusive en algún lugar del interior del país. Haciendo lo que
quería, cuando quería y sin amarguras de ningún tipo.
Creo que poco después, Cesar se había montado también una interesante
banda que se llamaba DOBLE VIA y en donde tocaba, el estimado Mladem Horvat,
quien en épocas pasadas hizo una pequeña pasantía ayudando a nacer a Cheese
Factory y en la Resistencia de comienzos de la historia.
Otra vez las hadas….Inclusive Cesar y yo hicimos un concierto juntos con nuestras bandas en Cine Prensa.
Por aquel entonces, Cesar y yo trabajábamos en Sony Music, y tampoco recuerdo como sucedió, pero lo
llamaron, (o quizás fue a Ricardo a quien llamaron). Era para un concierto en
el anfiteatro “Oscar Martínez” de Barquisimeto con otras 7.001 bandas más. Esos toques con tantas bandas en los que se
intuye que algo no va a ir bien.
Dado que Resistencia en realidad no existía en ese momento y que como
Marco se iba a Italia, Cesar me propuso
juntarnos para un único concierto y despedir a Marco. Nos llevaban en avión y con todo pagado. Por
mi parte, además de no tener nada que hacer, era una bonita oportunidad de
compartir y divertirme con queridos amigos, así que decidí sumarme al proyecto.
Lo mismo hizo Ricardo y fuimos a tocar.
Está de más decir, por si alguien no lo sabe, que el concierto terminó
con bombas lacrimógenas, rolazos y palos
cochineros generosamente repartidos por un pelotón de salvajes y
tercermundistas policiales larenses, genuinamente
montunos , en una actitud totalmente desproporcionada e incivilizada. Simios genuinos disfrazados de
antimotines, con los ojos inyectados en sangre y la mirada perdida al borde de la total y absoluta irracionalidad de sus cerebros
subdesarrollados. Que mal sabor de boca. Muy triste. Typical venezuelan. Que
les extraña? Así se escribe en nuestro país, el final de una etapa en una banda
de gran calibre…
Como pa´volver.
RESISTENCIA. UNA VEZ MÁS.
Pasó algún tiempo. No sé cuanto
ni tampoco importa. Se lo dejo a los historiadores y conocedores. No mido el
tiempo; para eso están los relojes.
Lo que sí es verdad es que cada quien andaba en lo suyo y que durante
un par de años Resistencia durmió el sueño de los justos. Cesar seguía (si mal
no recuerdo, que lo diga él) con su Doble Vía y yo con Vaudeville. Ricardo,
creo que no hacía nada excepto concentrarse en su vida y actividades
personales. Quizás me equivoco. Es irrelevante.
Sin embargo, un día de 1991, creo que fue así, Paul Gillman llamó a
Cesar y le propuso tocar juntos en Mata de Coco. Cesar me lo contó y no me
pareció mala idea. Todos teníamos buenos empleos en la época y solo se trataba de juntarse a tocar grandes
éxitos y divertirnos una vez más. Claro, que había un problema…quien iba a
tocar la guitarra??? Marco había huido a
Italia. A algunos les parecerá complicado el asunto. A mí no. El único
guitarrista que para aquel momento podía montarse con nosotros no solo por
amistad, sino por feeling, capacidad, nivel, y saber hacer, era el grande y
único Nicky Scarola. Sencillamente, yo no lo hubiera hecho con ningún otro. Mi
hermano de siempre. Aprendimos a tocar juntos, a parir música juntos, desde que
éramos solo una pequeña idea musical por nacer. Mi oportunidad de hacer
finalmente lo que no hice cuando me fui de Cheese Factory. En buen venezolano…..aquello
era impelable!!!
Nicky es, necesariamente, un capítulo aparte. Es un grande de la
guitarra. Otro talento desperdiciado en ese gran país de masas sin conciencia ni memoria para reconocer a sus grandes
artistas que se llama Venezuela. No solo ha tocado con medio mundo del gremio y
el mundillo rock, sino que es modelo de muchos que lo han copiado y aprendido
de él. Sigue, aún hoy en día, siendo un referente.
El caso es que tras una breve consulta entre Ricardo, Cesar y yo (y los
dioses, por supuesto), en la que acordamos que sin Nicky el proyecto era inviable,
(sobre todo para mí), se decidió
llamarlo a ver si le interesaba. Lo hizo Ricardo para asegurar que no lo
hacía presionado por nuestra eterna amistad personal sino porque de verdad le
gustaba el proyecto. Tras aceptar solo quedaba ensayar y darle tusa!!!
Nicky se aprendió aquellas canciones con una velocidad inusitada y
recuerdo que la primera canción que tocamos en el primer ensayo fue una fácil, sin
complicaciones, “Templo de la Oscuridad”,… como arrancando un toque. Fue algo alucinante. Sin palabras. Es que no
había nada que decir. Como si tuviéramos años tocando juntos. Hubo verdadera magia
en ese momento porque nuevamente las hadas habían hecho su trabajo para
juntarnos y revivir el mito. Una de mis mejores experiencias musicales. Aún
recuerdo claramente la cara de Ritch mirándome
y diciendo, donde estaba este carajo que
no tocaba antes con nosotros??? Sin palabras.
Nicky trajo otros aires a Resistencia. Es un profesional de gran talla. Otro de los irrepetibles. En mi
caso personal disfrute con Nicky lo que no había disfrutado en mucho tiempo en
Resistencia. Y gracias a los dioses, las hadas y los espíritus, lo hice durante
casi 10 años a partir de entonces. Con Nicky es fácil tocar, y se notaba sobre todo en Ricardo quien, en
poco tiempo, empezó a soltarse y a ser
un baterista mucho más natural, sin cadenas, mucho menos repetitivo, a hacer lo
que sentía y olvidarse de arreglos rígidos y aburridos.
Ritch siempre fue un excelente baterista. Muy sólido. Casi un purista
de su instrumento llegando a veces a obsesionarse con un redoble o un corte
hasta que le saliera bien y a su manera un gran arreglista. Un maestro en el
uso de los platillos como no he visto a otro en al ámbito nacional. Con Nicky
en la guitarra, Ricardo y yo empezamos a interactuar como nunca antes y a disfrutar
de verdad durante aquel largo periplo que se extendió entre 1991 y principios
de 2001. También hay personas a quienes no le gusta Nicky como guitarrista de
Resistencia, pero quien ha dicho que tienes que gustar a todos?
En fin, para aquel concierto
específico en Mata de Coco, del que
estábamos hablando, se montaron entre otras canciones, los “grandes éxitos” de Resistencia e hicimos 4 o 5 ensayos.
Así llegó el día del toque en Mata de Coco con Gillman y resulta que
fue un exitazo de público y un remarcable concierto en la historia de
Resistencia. Casualidad, o los dioses otra vez….…Félix Guerra, ex baterista de
Cheese Factory, quien en ese momento aun toca para Paul, se encuentra con sus ex compañeros, fundadores de Cheese
Factory, Nicky y yo, para compartir aunque fuera camerino, y una fecha
memorable, reencontrándonos tras años de deriva profesional. Fue una bonita y
entrañable experiencia.
Tras aquel concierto quedaba claro que teníamos que seguir tocando aunque
fuera para divertirnos, y eso fue lo que
hicimos. A lo largo de 10 años más nos juntamos de vez en cuando para que el público,
los fans, y nuestros egos supieran que
estábamos vivos y nadie olvidara lo que alguna vez habíamos hecho. Y
claro está, para que cada uno de nosotros pudiéramos matar esa fiebre que
consume sin dar cuartel al músico verdadero. Es obvio que para aquel momento ya
ninguno buscaba ser descubierto y convertirse en superestrella del rock. No en
ese, nuestro lamentablemente
desagradecido país.
La fama y reputación de la banda, y las amistades y contactos que
teníamos Cesar y yo con los medios de
difusión en general en aquellos momentos
por nuestra aventajada posición en la
industria del disco, sumada al trabajo
conjunto de producción que pude hacer con Ritch
, y todo esto aunado a los
contactos técnicos de Nicky, facilitaron
que durante 10 años tocáramos los grandes éxitos sin mayores dificultades, un par de veces al año por lo menos, para
divertirnos y dejar saber a los cuatro vientos que no habíamos muerto.
Inclusive, se montaron temas nuevos compuestos solo por una persona. Varios
de hecho. ¡Sí…Oh milagro!!! Antes, por
lo general, si alguien llevaba un tema a Resistencia, seguramente terminaba
despedazado y totalmente cambiado. Llevar un tema a Resistencia era como si
Leonardo Da Vinci hubiese llevado el proyecto de la Mona lisa totalmente
pensado y desarrollado y hubiera permitido que Picasso pintara la cara
descuadrada y Dalí pintara el cuerpo y el pelo , que se hubieran convertido en larguísimas
y derretidas patas de jirafa sobre el diluido
y surrealista paisaje de fondo. Es decir, cualquier otra cosa. No es que fuera
mejor o peor, es que ya no era la misma canción. Generalmente, ni siquiera parecida.
Siempre he pensado que lo que quizás pudieron ser grandes canciones en su
formato original terminaron en una serie de parches musicales, en ocasiones sin
pies ni cabeza. Así era Resistencia; parte de su personalidad.
Nos divertíamos sin compromiso. Hicimos un par más de Matas de Coco,…en
uno de ellos hasta se montó Marco que estaba de visita en el país a tocar
“Muerto en Vida “junto a Nicky (full italian power), algún Don Bosco, y algún
Rajatabla, y algunos bares de moda de la época entre otros, y hasta fuimos a tocar a San Cristóbal donde
Cesar estuvo viviendo algún tiempo. Durante aquellos años también Ricardo se
fue a vivir a Perú durante un rato. Y entre idas y venidas la banda despertaba
de su letargo para contar, de vez en
cuando, lo viejo y lo nuevo de aquellos “ilustres” sobrevivientes.
Llegó entonces el circo chavista a mi queridísimo país y en un momento
dado todo se fue, definitivamente, pa´l
carajo. De hecho, al momento de empezar a escribir a esto (Enero 2015), todavía
se sigue yendo.
El caso es que en aquel momento, Paul Gillman tenía un programa de TV en el Canal 8 que se
llamaba El Garaje y nos invito a hacer
un mini concierto. Una hora para nosotros solos en vivo. Está grabado y creo, es
un excelente toque. El estudio?, uno bastante grande, a reventar de gente. Mucha
fuerza y sinceridad. La Resistencia en esencia. No importa quién tocara en
aquel momento. La última muestra de aquella formación. Alguien lo subirá entero
a la red algún día. Creo que hay un par de piezas por ahora. Mientras tocábamos,
y esto es verídico, teníamos que parar
la grabación para que se conectaran en vivo, con la nueva Asamblea Nacional Constituyente
(antes Congreso de la República) donde se debatía la nueva constitución que
aprobaba sin trabas aquella infausta, avasallante, parafernalia chavista. Esa que nos robaría el futuro y cambiaría nuestro país y nuestro destino mientras
la oposición se tocaba las pelotas en su casa. Valientes fantoches venidos a más
y a menos. Traidores los unos y los otros. (Circa 1999).
Soy generalmente apolítico aunque no idiota. Nunca, jamás en mi vida he
dejado de votar siempre tratando de escoger lo mejor para el país. Nunca dejé que otros decidieran por mí aunque
me haya equivocado, pero se distinguir lo bueno de lo malo. Precisamente por
eso creí percibir que lo que venía no era bueno. Al menos no para mis
intereses. No había toques. No había interés en la banda. No había trabajo, y
aquello era solo el principio. Creo que la gente no se daba cuenta, pero se
empezaba a derrumbar el país. Alguno me dirá exagerado, pero cuando una de las
empresas trasnacionales Nº 1 del país te
pone en la calle y te dicen que ni un dólar más hasta que la ridícula bananera revolución ya no exista, deja mucho
para pensar. El país se iba pa´l carajo y decidí irme yo antes. Reuní mis cosas y mi familia,
y emigré. Criticable quizás, pero solo vivimos una vida. Cada quien la suya.
A partir de aquel momento, deje de ser parte activa de Resistencia
aunque nunca la abandoné del todo. Ricardo y Nicky me mantenían informado en la
distancia y así lo hicieron durante varios años.
No soy yo el indicado para contar que pasó con ellos en aquellos años.
Puedo decir que, como las hadas campan a
sus anchas, mi sustituto temporal fue el ya conocido ex guitarrista de Vaudeville,
Aquiles Cortina, solo que tocando el
bajo. Como verán, todo está y seguirá
conectado por siempre entre todos nosotros. Más tarde, Cesar también emigró y en algún
momento buscaron para tocar y luego grabar un disco, cuyas canciones se habían
estado componiendo antes de irme y que terminó teniendo como título
“INTENSO”, a un excelente profesional y experimentado
cantante como lo es el increíble Alexis Peña. Aquiles ya no estaba tampoco y se
llamó al bajo a Miguel Blanco, otro
grande. Interesante disco. Lástima que no sea muy conocido.
Pero Resistencia no murió allí tampoco aunque otros quieran tapar el
sol con un dedo. Ricardo y Nicky, apoyados en Miguel Blanco y Alexis,
reclutaron a Federico Cappocci en la otra
guitarra y grabaron “EPILOGO”. Lo he oído en internet. Búsquenlo. En
SoundCloud. Bestial. Un disco para quitarse el sombrero.
Complicado e inviable comercialmente
hablando, pero una tusa de cuatro pares de cojones. Se oye a Ricardo y a
Nicky en la composición por todas partes, y todos, sin excepción, hacen un trabajo magistral. Otro excelente
disco perdido en la porquería que todo lo empaña en mi pobre y querido gran
país. Lástima. Quizás algún día se edite como homenaje al ilustre desaparecido
y los magos que lo acompañaron. Si tardan mucho se perderá en el tiempo y el
olvido.
Más tarde, tras la prematura y lamentable muerte de Ricardo en
Diciembre de 2010, Resistencia duerme nuevamente el sueño de los justos hasta
que algún “original” trate de revivirlo. No sé si sería bueno. Todo es
relativo. Yo no lo veo del todo mal pero hay que tener mucho cuidado. A ellos
se lo dejo, y de ellos depende, aunque uno de ellos, que quizás participe, debería
recordar que una vez me dijo, con
absoluto convencimiento, que Resistencia
tuvo que haber muerto en “aquel entonces”, hacía mucho tiempo. No cuando Rick
murió, sino años atrás, cuando según él no había futuro. El tiempo, sin embargo, cambia la manera de pensar la mayor parte de
las veces. Ese es precisamente el quid
del asunto, una cuestión de tiempo…y de conveniencia.
Nicky hizo por aquel entonces, pienso que con respeto e inteligencia,
un excelente grupo para hacer un tributo y dieron una serie de soberbios conciertos, memorables de hecho, en varias
partes del país. Creo que el tributo también ha muerto. Lástima porque era excelente y de
alguna manera mantenía viva la llama.
Llegados a este momento de esta historia, es posible que surjan preguntas lógicas y que
invariablemente se han repetido muchas, demasiadas,
incontables veces a lo largo del tiempo por parte del público, amigos y fans
aunque en realidad, a mí personalmente,
nunca me han preocupado en exceso.
Pero como es lógico, tengo
opinión. Tiene que ver con eso de quien es mejor o peor que el otro. Y paso a
contar esto, insisto, porque varios a lo
largo del tiempo me han pedido que de mi opinión al respecto.
Arcángel? Resistencia? Gillman y sus 854 formaciones?
Respuesta: Paul Gillman es y será historia dentro del Rock Venezolano.
Él se ha ganado su puesto. Sería de idiotas no concedérselo. Pero en Resistencia nunca nos preocupamos por
Paul. Así de sencillo. Es la pura verdad. Que se preocupara él por nosotros en
todo caso. Y ni eso. No recuerdo una sola conversación (en la que yo estuviera
presente), que de verdad tuviera que ver
con Paul o sus actividades y conciertos. En todo caso, alguna sobre Rodrigo
cuando se fue a “Gillman”, pero no por Gillman.
Que me perdone Paul, no es nada
personal, pero, a que en aquella época le hubiera encantado tener detrás a ese
bandón? Casi, casi lo logró. Mis respetos Sr. Gillman por su trayectoria pues pienso
que es admirable, digan lo que digan los demás. Siempre un sobreviviente, un luchador, y en
eso lo defenderé ante todos, pero creo
que en general, y a lo largo de su historia, su ego siempre fue su propia
némesis. Por otra parte, abrazar causas perdidas tiene un precio, pero venderse a ellas es repugnante.
Otra típica pregunta necia…Que si Víctor o yo éramos el uno mejor que
el otro? Tópico idiota una vez más. Siempre me
ha hecho un poco de gracia cuando la gente me lo ha preguntado porque es
que no tenemos nada que ver. Nunca copié nada suyo. Dudo que el copiara algo
mío si hubiese sido al revés. Interpreté las canciones en las que él había
tocado en el primer disco a mi manera, y dudo que, excepto por la estructura
lógica de la canción, se pueda decir que imitara lo que él hacía. Es un buen
bajista, seguramente mejor que yo, debo
suponer, y para eso queda lo que grabó con la banda en su breve momento.
De allí en adelante todo el bajo de Resistencia, mientras estuve en la
banda por los próximos 18 años (e inclusive después en algunos casos) es mío,
en vivo o en estudio, y lo bueno y malo es mi responsabilidad. Bueno sería quizás,
como me dijo una vez un fan, saber cómo tocaría Víctor mis versiones… (eso sería
interesante), o si Miguel Blanco imitaba a Víctor o a mí cuando tocó los
clásicos, o algo de Zodiaco, o cuando se grabó “Intenso” en el que hay
canciones mías. Me copió o solo tocaba lo que sentía y como quiso hacerlo, y entonces?,
…. eso,… lo de siempre …entraríamos en el estéril loop eterno nuevamente. Pérdida
de tiempo.
Tonterías que he oído del tipo, …..”Es que sabes que Víctor, , tocaba con los dedos haciendo mutings , o ultra-mega mutings
arrechísimos” ……???....y resulta que yo tocaba
con uña (pajuela/pick)… aunque la verdad, por si alguien no lo sabe, es que la mitad de las canciones de Resistencia yo
las tocaba con los dedos. Según las sentía en el momento. “Resistencia”,
“Angeles Cayendo”. Desde “Ahora que Puedo Pensar” a “Panamericanos” o de
“Hijos de la Democracia” al “El
blues de la Leyenda Dorada” De la mitad
de las canciones de Dacapo, a medio
Zodiaco. Y otra mitad del 5to disco. . Y
digo yo entonces que, alguna canción tocaría
Víctor o Aquiles con una uña, o quizás no. Qué carajo importa? Cada quien hacía y aportaba a la banda lo que podía.
Quién era mejor?? Ricardo, Angelo, Gerardo, Kasino, Pernalete, Shudeck,
etc. Bahh!!..cada quien en lo suyo.
Lo mismo pasa con Cesar. Somoza es
Resistencia. Resistencia no habría sido lo mismo sin Cesar. Es voz e imagen
inequívoca de la banda. Pero también Resistencia fue Alexis Peña. Es indudable.
A ver quien lo niega. Épocas diferentes.
Cada quien en la suya, como en esas grandes bandas de antaño, uno y otro representó
su momento.
Somoza, aparte de versátil intérprete, fue y será un gran poeta urbano
que cantó y plasmó en sus letras y a su manera lo que vivíamos en aquellas
épocas tempranas. Su lírica, escondida a veces es verdad, pero otras tan
sumamente visionaria que hoy en día relata, décadas después, lo que todos en
aquella época sabíamos que iba a pasar de seguir por aquel camino que recorría
nuestra nación. Pero no a todos le gustaba su voz o su estilo y muchas veces se
le criticó, y se dijo que con otro, la historia podría haber sido diferente.
Pues no. Yo no lo creo así.
Alexis dio, en su momento histórico, un nuevo impulso a Resistencia
tras la escapada de casi todos. Su trabajo es impecable; es para enmarcar. Y,
como cuando Nicky sustituyo a los guitarristas antiguos, el único sustituto
natural de Cesar en aquel momento era Alexis. Ricardo y yo siempre tuvimos eso
muy claro. Tras Somoza, Alexis. Más de una vez se barajó la posibilidad en
ciertos momentos de incertidumbre. Algo más tarde, Andrés Czismadia, durante la época del
Tributo también se lució y nunca dejo mal al legado. Gran cantante. Mis
respetos.
Quien era mejor? Yoma, Ciargo, Scarola, Horvat, Hernandez, Fiol, López, Panero, Somoza, Cortina, Peña,
Saez, Blanco, Capocci, Czismadia, Plant,
Gillan , PTT, Ike, Rassi, Furnari, Dio, Ozzy, Blackmore, Squier, Page, Howe,
Wakeman , Lord, White, Bonham, Paice, Yes, Zeppelin, Purple, Beatles and bla
bla ?……Oír, aprender y callar. Esa
debe ser la filosofía y no la crítica.
Es una ridiculez. Importa muy
poco en realidad. Tonterías. Ganas de perder el tiempo y ver quien mea más
lejos… Oigan lo que se hizo y pasen de
esas necedades. Resistencia no murió tras Hecho en Venezuela. Existió antes y
se proyectó durante otros 20 años más.
Pero paremos esto aquí. Podemos especular eternamente. No hay tiempo ni
ganas para eso.
Puedo decir muchas cosas más, buenas y malas, de aquel momento y de los grupos y músicos que llenaban tiempos y espacios.
Bandas conocidas de aquellos años como
Tempano, Cheese Factory, Grand Bite, Fahrenheit, Haz, la eterna Misma Gente, el incombustible
Aditus, Arcángel, Equilibrio Vital y Ficción,
o de otras mil bandas más pequeñas pero
igualmente importantes, que juntas, contribuyeron a que hoy la escena musical
sea mucho más saludable que en aquel entonces, y que son, finalmente, las que en
verdad han hecho que hoy en día haya algo que contar sobre el origen de eso que
actualmente se considera “rock nacional”. Honor a todos esos pioneros. Y a los
que nos precedieron en las dos décadas anteriores. No se olviden de ellos.
Reservo mi opinión sobre lo que vino más tarde en cuanto a bandas, que
le perdieron un poquito el respeto a sus mayores, pero supongo que me he convertido en un
dinosaurio del rock. Algunas son muy buenas gracias a los dioses, otras, de
hecho muy famosas, absolutamente intragables. Como se puede ser tan malo y
tener tanto éxito?. C´est la vie. Una vez más, mi más personal y subjetiva
opinión.
No hay mucho más que decir. Todo lo expuesto anteriormente se cuenta a
grandes rasgos y ha tratado de ser imparcial y objetivo; pero sabemos que es
imposible. Mi opinión y sentimientos siempre estarán siempre por encima de lo
que digan, piensen o critiquen los
demás. Si hay algo que no voy a hacer a estas alturas, es ser poco sincero. Es
lo que viví, lo que vi y lo que percibí, y es, de hecho, como aún lo veo habiendo sido testigo de
tantas cosas. Puedo, por supuesto, estar equivocado. Por eso, pido disculpas a todos
mis compañeros si en algo he ofendido y pido perdón si algún dato es erróneo o
está fuera de contexto o tiempo. No es fácil mantener la memoria clara. No se
puede contar una historia tan larga, de memoria y en tan poco espacio.
Solo puedo asegurar algo a estas alturas de mi existencia, y es que a
pesar de todo, de lo bueno y lo malo,
estoy orgulloso y satisfecho de haber compartido y hecho música con los
compañeros de todos estos grupos con los que he explorado y navegado a través de mares de música e historia. Más, sobre todo, muy por encima de todo, de haber
escrito parte de esta bonita historia
con una grandísima banda de Rock Venezolano como lo es y será por siempre RESISTENCIA.
¡Ya sabes…” debes resistir!!!”
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